miércoles, 15 de abril de 2009

Las "no-enfermedades"

Sobre este tema iba a hablar Paco Traver que desgraciadamente no puede venir al congreso. Es una gran pérdida, porque Paco es un psiquiatra de una formación interdisciplinar deslumbrante y éste es un tema que tiene pensado y del que tiene una opinión sugestiva que podeis leer en http://pacotraver.wordpress.com/2008/10/26/

En sus blogs ("Neurociencia-neurocultura" http://pacotraver.wordpress.com/
y "La nodriza de las hadas y el rey carmesí" http://carmesi.wordpress.com/) podeis encontrar muchas cosas que nos importan a los médicos de familia porque dejan vislumbrar distintas dimensiones de la enfermedad y sobre todo distintas contextualizaciones, lo que permite una reflexión más distanciada de lo que hacemos cada día en nuestra práctica, quizá demasiado marcada por protocolos rígidos y reduccionistas.

Al principio de la reforma de la atención primaria (años 80), cuando todavía la declaración de Alma-Ata era una ideología incuestionable, se asumió como legitimación del sistema sanitario, un concepto de salud que hoy se está viendo insostenible porque, además de utópico, genera una demanda interminable que amenaza con anegar todos los niveles asistenciales y produce una continua frustración de expectativas en médicos y pacientes.

Si la salud es un derecho al "completo bienestar físico, mental y social" lo "normal" sería la enfermedad generalizada y cualquier malestar en una de esas tres áreas sería potencialmente medicable dentro del sistema sanitario y también reivindicable hacia él por todos los que se sientan pacientes. En los años ochenta este discurso fue especialmente seductor para una medicina de familia que quería encontrar un lugar bajo el sol despues de tiempos en los que la medicina general parecía haber quedado vacía de contenido.
Se hablaba de atención integral que incluía la atención comunitaria. Hubo discursos que planteaban que el médico tenía que ser una suerte de revolucionario que pusiera de manifiesto las contradicciones del sistema económico que estaban detras de la enfermedad. También se extendió una cultura ingenua de la prevención sin aplicarle las pertinentes cautelas científicas lo que ha llevado a un intenvencionismo en muchos ocasiones esteril cuando no potencialmente iatrogénico sobre la vida de las personas y también a una posible manipulación interesada en algunos casos. La salud se ha convertido en una nueva moral social en muchos aspectos con un cierto tinte puritano.
De tal forma que hay quien piensa que hay que volver a definir qué debe ser asistido por el sistema sanitario que quizá debe circunscribirse a los problemas que puede abordar y no a asuntos que están y quizá estarán siempre fuera del ámbito en el que puede actuar con cierta eficacia. Esto es especialmente importante en atención primaria que está especialmente anegada por asuntos que probablemente no le competen pero que previamente hay que definir con criterios claros y compartidos por todos: médicos y cuerpo social.
Rafa Bravo y Vicente Baos incluirán el tema de las no enfermedades o enfermedades imaginarias en sus ponencias. El debate se promete interesante. Nos interesan mucho vuestras aportaciones.
RGC

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